Las Miradas Del Capitán
Por Miguel A. Dávalos
Por Miguel A. Dávalos
Empapado en sudor y
terriblemente exhausto José “Pepino” Miñón sonríe con nervios mientras me
comenta pícaramente que se siente nervioso, pues nunca creyó que algún día
daría una entrevista, entrevista que tiene que ser breve pues debe de continuar
con sus labores como capitán, administrador y cofundador del equipo de fútbol
amateur W.C. Caballeros.
Entre
el bullicio y la algarabía que provoca la reciente victoria de la escuadra de
sus amores, el camiseta número diez se hace un espacio en las gradas para
comenzar su ritual de abandonar los colores blanquiazules que defiende a capa y
espada para enfundarse en su ropaje genérico, en su uniforme de José Manuel Pérez
Miñón.
Mientras
ejecuta el cobro de algunos arbitrajes doy inicio a la entrevista.
- ¿En tu opinión qué es lo que tenía atado a la
derrota el W.C.?
- ¡Uf, ya vamos a empezar… jajajá! Pues mira,
canijo, la verdad yo creo que era pura mala suerte, porque hablando derecho, no
habíamos jugado mal, las cuatro veces que perdimos seguidas fueron todas por
menos de dos goles, con arbitrajes pésimos que sumándole que Santiago y El
Choca nomás no le atinaban pues ¿cómo? Así ni las poderosísimas Águilas, papá.
- Entonces, ¿estás
contento con el desempeño del equipo?
- Claro, mira es verdad que nos falta subir
nivel un poco más si aspiramos a ser
campeones, pero apenas está comenzando la segunda vuelta, entonces todavía
tenemos tiempo de afilar detalles donde andamos chatos, como en la
desorganización al presionar, pero pues… sí, sí estoy contento...
- ¿Qué sugieres para que el equipo tenga mejor
funcionamiento?
- Poco eh, te digo es cuestión de detallitos,
mira, por ejemplo, hablar antes de cada partido para quedar de acuerdo si vamos
a presionar, para que presionen todos, o si no, para esperar de media para
abajo y así no nos agarren flotando, otra, ver bien cuales van a ser los
cambios y evitar desesperarnos, no que siempre que empezamos a hacerlos, se
hace un ‘despapaye’ y tardamos en agarrar cancha otra vez y pues… mmh… yo creo
que con eso, eh, con eso estaríamos para pelearle al A/C en la final… si
llegamos, ¿verdad? Jajá.
- ¿Hasta dónde crees que llegué el W.C. Caballeros?
- ¡Uy, viejo, yo lo quisiera ver campeón! Y
pues le vamos a echar ganas para que así sea, ahorita con esta victoria ya
vamos en quinto lugar de la tabla y los dos que nos siguen están a cuatro y dos
puntos, entonces es probable que si apretamos, así, machín, finalicemos dentro
de los primeros cuatro puestos, que sería un objetivo logrado.
- Pero, ¿si ves campeón al W.C.?
- No sé si campeón, pero de menos si llegamos
a la final, canijo.
- Ya por último, ¿es
cierto que podría ser la última temporada del W.C Caballeros?
- No sé… no te podría contestar… depende, más
bien.
- ¿De qué?
- Oh, dijiste que la última...
Asiento mientras escucho el
silbatazo inicial del partido siguiente, el Pepino Miñón recoge su maletilla de
juego y cuenta el dinero, mientras caminamos hacia la salida de la cancha que
funge como santuario cada miércoles a un costado del Reclusorio Oriente, y antes
de desviarnos (yo a mi auto y él a pagar la cuota del arbitraje) me comenta con
cierta molestia.
- Otra vez no se juntó...